Una de las operaciones más habituales en un taller son las de corte de materiales. Estas requieren de herramientas adaptadas al trabajo a realizar y a sus características. Un apartado donde la cortadora de plasma ha ganado enteros, gracias a su eficacia sobre los materiales especialmente duros o para cortes precisos.
Dentro de las operaciones que se llevan a cabo en un taller o a la hora de ejecutar diferentes tareas de bricolaje, tenemos el corte de los materiales. Este proceso es clave para obtener las piezas adecuadas que nuestro proyecto requiera. Cuando se trata de cortar metal, la solución clásica es el soldador de oxiacetileno. No obstante, la cortadora de plasma se ha convertido en una interesante alternativa, gracias a un sistema de corte capaz de ahorrar tiempo y mejorar los resultados de esos trabajos con solvencia. Si nunca has oído hablar de esta tecnología, te contamos todo lo que debes saber a continuación.
Qué es una cortadora de plasma
Una cortadora de plasma es una herramienta de corte pensada inicialmente para talleres y usos profesionales, pero que hoy día se está extendiendo a todo tipo de usuarios. Su diseño hace fácil realizar los cortes que necesitemos mediante un sistema similar a un soplete, en los modelos independientes, o bien mediante softwares de corte automatizados, tal como pasa en los modelos basados en tecnología CNC o computerizada.
Qué es el plasma
El plasma es un estado de la materia recientemente descubierto frente a los tres tradicionales (sólido, líquido y gaseoso), que se obtiene mediante el calentamiento de cualquier fluido en estado gaseoso. El objetivo es lograr un gas altamente conductor de la electricidad, mediante un sistema que genera iones positivos y electrones libres. El resultado es que este gas se convierte en un excelente conductor de la corriente eléctrica y tiene diferentes usos, como el de ejecutar estos procesos de corte.
Cómo se realiza el corte
Si pensamos en el funcionamiento de las cortadoras por agua a presión, vemos como estas realizan el corte mediante la eyección de ese líquido a una presión extrema sobre una superficie tan pequeña que acaba realizando el corte. En el caso de las cortadoras de plasma, el proceso es similar, con la salvedad de que lo que se utiliza para ese corte es ese gas cargado de electricidad.
Este penetra por completo en el material que tengamos que trabajar y realiza el corte correspondiente mediante la conductividad obtenida por el arco eléctrico generado. Una tarea que tiene la ventaja de ser relativamente económica en términos operativos gracias al gas empleado en el proceso y también a la durabilidad que actualmente tienen los electrodos utilizados en este proceso.
Respecto de los restos del proceso de corte, obtenidos por la fundición del metal que genera el plasma, se eliminan gracias al gas, dejando así la zona de corte totalmente limpia de residuos y evitando la necesidad de cepillar las piezas cortadas. Un método que también impide que esos restos puedan quedar en las zonas de borde, una vez que las piezas se enfrían tras el corte.
Ventajas de la cortadora de plasma
La principal ventaja de la cortadora de plasma es que cuenta con una compactación calorífica en la zona de corte, que no se extiende tanto como pasa con los cortes mediante gas tradicionales o bien con otros sistemas. Esto implica un menor riesgo de deformaciones relacionadas con el calor, lo que se traduce en unos filos mejor acabados y un proceso de corte de mayor precisión. Un parámetro que toca su máximo en las cortadoras de plasma gestionadas por la tecnología CNC, dado que el mecanizado permite medir al milímetro las características de las piezas.
Otra ventaja de este sistema es su polivalencia, dado que puede utilizarse prácticamente en cualquier metal que sea conductor de electricidad. Entre los metales aceptados, se encuentra el acero al carbono, el inoxidable o el aluminio, por citar los más destacados, aunque también se pueden cortar otros metales, tanto ferrosos como no ferrosos. En general, son muy pocos los materiales que no admiten esta tecnología de corte.
Tal como hemos mencionado antes, también es interesante el coste operativo que tiene esta tecnología, frente al sistema de corte con oxígeno más tradicional. El proceso de corte con plasma reduce la necesidad de repetir los cortes por la mala calidad de las piezas resultantes, reduce los propios costes del corte por los materiales empleados en el proceso y también reduce el procesamiento posterior del material cortado, lo que también es un punto a su favor.
Desventajas de la cortadora de plasma
A pesar de sus muchas ventajas, también hay algunos inconvenientes en los procesos de corte con plasma. Uno de ellos tiene que ver con el grosor de los materiales a cortar. En las máquinas manuales, este espesor se limita a una pulgada, sobre 2,5 centímetros, mientras que en las cortadoras mecanizadas esta se reduce a tres cuartos de pulgada, sobre los 1,8 centímetros. No obstante, es posible que con el tiempo se incrementen estas cifras.
Otro inconveniente de las cortadoras es la inversión inicial. Una máquina de oxicorte tradicional tiene un precio de unos 100 o 150 euros aproximadamente, mientras que las cortadoras de plasma parten de precios desde los 300 euros en adelante. Sí es cierto que, a largo plazo, ahorrarás dinero, por el menor precio de los consumibles en plasma. Pero en primera instancia, tendrás que hacer números para ver si este planteamiento encaja en tu presupuesto, así como preparar el dinero de la inversión inicial.
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