Ejecutar trabajos en tensión es una tarea que requiere de tomar todas las precauciones necesarias. Algo que va más allá de contar con unos zapatos de seguridad y unos guantes a juego. La prueba la tenemos en las cinco reglas de oro para ejecutar trabajos con riesgo eléctrico, que te salvarán de más de un problema.
Dentro de las diferentes tareas de bricolaje y mantenimiento que realizamos en nuestro hogar, las relacionadas con la electricidad son de las que mayores riesgos pueden causar sobre nuestra salud. De hecho, el peligro eléctrico y los efectos que puede tener en nuestra integridad física son considerables, puesto que un calambrazo puede acabar con nosotros o causarnos graves lesiones en apenas unos segundos.
Por eso, quienes trabajan en este sector siempre están atentos tanto a los riesgos laborales por electricidad como a las normas de seguridad para la realización de trabajos eléctricos. Sin embargo, aquellos manitas que realicen estas tareas de forma esporádica también deberían tener en cuenta los riesgos laborales del electricista, puesto que los peligros vienen siendo los mismos. Para ponértelo un poco más fácil, vamos a conocer las cinco reglas de oro para los trabajos eléctricos, con las que evitar de un plumazo buena parte de los riesgos asociados a los trabajos con tensión.
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Desconectar
Antes de empezar a trabajar en cualquier elemento vinculado a una línea eléctrica, es fundamental aislar todas las fuentes de alimentación que puedan estar en tensión sobre la misma. Esto evita el flujo eléctrico en la red sobre la que vayamos a trabajar.
Además, es clave que, si esta línea dispone de capacitadores, baterías y otros elementos que puedan mantener carga tras el aislamiento, se realice una descarga de los mismos, empleando para ello las herramientas correspondientes. La idea es eliminar cualquier flujo eléctrico en el circuito o línea sobre la que vayamos a trabajar para evitar cualquier riesgo.
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Prevenir la retroalimentación
Tan importante como desconectar la corriente es impedir que la misma pueda activarse, ya sea de forma accidental o intencionada. Una de las soluciones para ello es incluir en la señalización del cuadro eléctrico algún aviso de que se están realizando trabajos de mantenimiento, para que nadie toque lo que no debe. No obstante, la mejor solución al respecto es impedir que nadie pueda tocar estos cuadros, a fin de evitar su activación. Para ello, pueden emplearse candados sobre el cuadro o bien bloqueadores sobre los diferenciales en tensión.
Este mismo proceso debe realizarse en caso de que existan dispositivos activados mediante telemando o bien otros elementos que puedan activar el sistema de forma imprevista. Al igual que con los cuadros, es clave desactivar estos elementos hasta concluir el trabajo.
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Verificar si hay voltaje
Cuando se trata de electricidad, toda precaución es poca. Por eso, no está de más medir el voltaje del circuito sobre el que vamos a trabajar antes de empezar la tarea. Para medir este voltaje, podemos recurrir a un polímetro o similar, que nos indique la tensión presente en el mismo.
Para esta comprobación se debe verificar tanto los diferentes elementos como el neutro y el resto de componentes activos del sistema. Si durante la medición se comprueba que alguno de estos elementos mantiene voltaje, será preciso verificar las conexiones del mismo, para cerrar ese flujo de energía antes de realizar algún trabajo.
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Aislar a tierra y corto circuito
Hay que prevenir que todo falle durante el trabajo. Por eso, es fundamental derivar a tierra la parte de la instalación donde vayamos a trabajar. Con esto evitaremos que una activación imprevista de la corriente pueda causarnos un problema. Lo mismo ocurre con la puesta a cortocircuito, para impedir riesgos adicionales durante el trabajo.
En ambos casos, es fundamental que estas protecciones tengan una resistencia máxima respecto de lo que la instalación demande, ser resistentes para no soltarse de su lugar y estar siempre a la vista del operador, para controlarlas visualmente. De no ser así, estas tomas deben estar lo más cerca posible de la zona de trabajo, a efectos de control.
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Delimitar el área de trabajo
Como última medida, es necesario delimitar la zona de trabajo mediante conos, vallas o elementos similares. La idea es impedir que ninguna persona ajena a la actividad pueda tocar algo que no debe. En caso necesario, también conviene establecer itinerarios o pasos seguros, para que estas personas se muevan sin riesgos para ellas.
¿Y en casa, que?
Todo lo que hemos comentado es aplicable a trabajos en tensión y de cierta intensidad eléctrica. Pero lo cierto es que tomar precauciones cuando hacemos trabajos de tipo doméstico también es vital. Cuestiones como desconectar el interruptor general de la electricidad y verificar que no existe tensión en aquellos elementos sobre los que vamos a trabajar nunca son una mala idea. De nuevo, el polímetro es tu amigo a la hora de revisar que esta instalación no tenga tensión antes de trabajar. Lo mismo ocurre con los mecanismos de bloqueo, para evitar activaciones accidentales de la corriente.
Otra medida interesante es utilizar elementos de protección, tales como calzado de seguridad o guantes aptos para riesgos eléctricos. Lo mismo ocurre con las herramientas a utilizar, que deberán disponer de los elementos necesarios para protegerte de esos riesgos eléctricos.
Como última medida de seguridad, no te olvides de volver a poner todo en tensión correctamente y de reactivar las medidas de protección a tierra que hayas podido desconectar durante los trabajos. Y si, tras acabar tu tarea quieres sacarle más partido a tu dieta, nada mejor que recurrir a la Garcinia Cambogia mejor marca que puedas encontrar, que te ayude a mantener tu peso bajo control.
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