Aunque no es una de las herramientas habituales en nuestro taller, lo cierto es que un dinamómetro puede sernos de utilidad a la hora de realizar diferentes trabajos. Sobre todo gracias a la amplia variedad de modelos existentes, lo que incrementa también sus aplicaciones.
Según su definición, el dinamómetro es una herramienta que se aprovecha de la ley de Hooke y de la elasticidad de ciertos materiales para evaluar las variaciones aplicadas sobre el mismo, ya sea por efecto de tracción (tirando del mismo) o bien por la aplicación de un cierto peso. Una definición teórica que nos deja más nubes que claros a la hora de saber para qué podemos utilizar un dinamómetro en nuestro taller.
Por eso hemos querido preguntarnos para qué sirve un dinamómetro y cuáles son los usos más habituales que podemos darle a este dispositivo. Unos usos que quizá te sorprendan y a los que podrás acceder con casi cualquier modelo que encuentres en el mercado o en cualquier comparativa de dinamómetros que tengas a mano, salvo en el caso de los usos más industriales o especializados.
Por cierto, antes de empezar a ver lo que podemos hacer con un dinamómetro, sí es importante tener en cuenta un par de detalles. Por un lado, tenemos que saber que no todos los dinamómetros sirven para todos los usos que estamos comentando. Dentro de la amplia oferta de dinamómetros actual, que puede llegar a cientos de versiones, hay modelos que son más adecuados para unos usos que otros. Sí es cierto que para los usos básicos seguramente cualquier producto nos sirva, pero hay ciertas mediciones para las que se necesita un dinamómetro específico.
Por otro lado, relacionado también con lo anterior, es importante tener en cuenta la escala y la capacidad de medida. Igual que pasa con otros instrumentos como los metros o las reglas, el dinamómetro dispone de una capacidad de medición concreta y un escalado que va en línea con esta capacidad. Así que, disponiendo de productos más precisos, no tendría sentido usar un dinamómetro que mide la fuerza solo en kilos cuando necesitamos conocer el peso de pequeñas piezas de apenas unos gramos. Tampoco tendría sentido apostar por un dinamómetro simple para medir fuerzas de varios cientos de Newtons, en los que el dinamómetro se romperá antes de medir esa fuerza. Así que elegir correctamente el producto según el uso es algo clave.
Medición de fuerza y masa
Una de las aplicaciones principales del dinamómetro es la de medir fuerzas. Gracias al resorte y la escala incluida, podemos conocer cuál es la fuerza generada por un objeto que se cuelga de otro. Por otro lado, aplicando la equivalencia entre Newtons y kilos, este producto también nos permite calcular tanto la masa como el peso del objeto concreto con el que estemos trabajando.
Para obtener estos datos, no tenemos más que colocar el objeto en el gancho que incluye el dinamómetro o bien en el plato que algunos modelos incorporan y al momento tendremos la lectura de dicha fuerza. Algo que resulta interesante a la hora de conocer la resistencia de ciertos materiales a la tracción o ante masas colgantes de los mismos.
Fabricación de básculas
En línea con lo que acabamos de comentar, si cambiamos la escala y el diseño del dinamómetro podemos obtener una báscula, en la cual conocer el peso de cualquier objeto. En este caso, se varía la escala del dispositivo, de manera que este mida directamente el peso en gramos o kilos, según convenga. También es frecuente que en estos productos se incluya un plato, el cual ya forma parte de la tara o peso cero del producto, a fin de mejorar los resultados finales del pesaje. Este es uno de los casos en los que la elección de un producto con una escala adecuada a nuestras necesidades concretas es clave.
Cálculo de resistencia de cables y cuerdas
Otro de los usos que tiene el dinamómetro es calcular la resistencia que tienen ciertos objetos, tales como cuerdas y cables. Estos objetos suelen usarse para tirar o arrastrar de diferentes masas, de modo que resulta fundamental saber si la resistencia nominal que los productos poseen según el fabricante corresponde con la realidad.
Para ejecutar estas pruebas, se inunda la cuerda o el cable al gancho del dinamómetro y se empieza a tirar del mismo con una máquina hasta que la cuerda o el cable acaba por romperse. El valor que marca el dinamómetro en el momento de esta rotura es el que nos indica la capacidad máxima de masa que puede soportar durante el uso convencional.
Uso en odontología
Aunque no es un uso propiamente de un taller convencional, el dinamómetro es una de las herramientas claves en odontología y especialmente en el desarrollo de prótesis dentales. El uso de un dinamómetro permite verificar la resistencia de los materiales y la fuerza que puede soportar un cierto compuesto antes de romperse. Algo que resulta fundamental a la hora de fabricar dentaduras postizas, puentes e implantes, en un contexto en el que, pese a lo que pueda parecer, aplicamos unas fuerzas muy notables a la hora de masticar los alimentos.
Uso en automoción
Aunque pueda ser extraño, el dinamómetro es una herramienta de gran importancia en el sector de la automoción. En este caso, se usa un modelo muy específico como es el dinamómetro de rodillos. Un modelo de gran tamaño sobre el que se sitúa el vehículo, colocando las ruedas motrices encima de dichos rodillos.
Su uso principal es el de medir la capacidad que tiene el motor del vehículo de desplazar las ruedas de dicho eje, lo que permite verificar el estado del motor y medir la potencia que desarrolla. Algo imprescindible a la hora de diseñar nuevos vehículos, de proceder a la homologación de los mismos o bien de verificar su estado, en lo que a desarrollo de potencia se refiere.
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2 COMENTARIOS
January 21, 2021 at 10:59 pm
Quién es el autor?
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January 22, 2021 at 10:52 am
Hola Octavio,
Me puedes dar más detalles con respecto al motivo de tu pregunta?
Saludos,
Felipe
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