Uno de los controles eléctricos más comunes es el relevador, ya que es el encargado de abrir y cerrar contactos para controlar un circuito. Aunque no es un aparato que tengamos comúnmente en nuestra caja de herramientas, lo utilizamos frecuentemente en casa y en el coche, por lo que vale la pena conocerlo.
Mejor conocido como relé, el relevador es básicamente un dispositivo que sirve para desviar o interrumpir el flujo de la corriente eléctrica en un circuito. En otras palabras, se trata de un interruptor, pero en este caso no es necesario encenderlo y apagarlo con la mano, ya que funciona con una bobina, por lo que crea un campo electromagnético que atrae los contactos para cerrar el circuito, permitiendo así el paso de la electricidad. Veamos esta información de manera más detallada.
Las partes de un relé
Un relé está conformado por piezas mecánicas, entre las que se encuentran un electroimán, varios contactos, un yoga, una armadura móvil y un resorte, estribo o cuadro. Cada una tiene una función específica en la zona interna del aparato, por lo que es bueno conocerlas por separado.
El electroimán es la pieza fundamental del relé. Se trata de un metal en forma de bobina, que al entrar en contacto con la corriente continua, adquiere propiedades magnéticas. De esta manera, es capaz de atraer a la armadura móvil, que es la a pieza metálica que se encuentra en equilibrio sobre un soporte y se encarga de conectar y desconectar los contactos para controlar el paso de la corriente. Sin embargo, el funcionamiento de esta armadura depende precisamente de que la bobina esté energizada.
En este mismo sentido, el yugo es una pieza pequeña de metal que va fijada al núcleo, para atraer y mantener fijada la armadura mientras la bobina está funcionando. Sin embargo, todo esto no tendría sentido sin los contactos, que normalmente son tres: el Común (C), el Normalmente Cerrado (NC) y el Normalmente Abierto (NA). Se encuentran en el interior del relé, pero están unidos a los terminales que permiten la conexión del relé.
¿Cómo funcionan los relevadores?
Para entender el funcionamiento de un relé, hay que prestar atención a una de sus características fundamentales; está indicado para circuitos de corriente eléctrica de alta intensidad. Por ejemplo, en el coche se utiliza un relevador para activar y desactivar el paso de corriente hacia el electroventilador, de hecho, el sonido rítmico característico de las luces de emergencia provienen también de un relé.
Algunos expertos coinciden en que el relevador es una especie de amplificador eléctrico, esto es porque se trata de un pequeño circuito, generalmente de 5, 12 o 24 voltios. Este voltaje viene marcado en la superficie del relé y corresponde a la tensión de corriente eléctrica continua que necesita la bobina para funcionar. Sin embargo, este circuito de baja potencia se encarga de activar un circuito de alta intensidad, por lo general de hasta 250 V de corriente alterna, de allí la idea de que el relé electromagnético en un sentido general puede amplificar la electricidad.
En este sentido, es importante mencionar que el relé es un aparato electrónico, que funciona con corriente continua de baja intensidad, por lo que no debemos confundirlo con un contactor, que es un dispositivo eléctrico y funciona con corriente alterna de mucha potencia. Esta es la principal diferencia entre contactores y relevadores.
Utilidad del relé
Si te preguntas para qué sirve un relé, debemos mencionar que una de sus principales ventajas es la posibilidad de controlar dispositivos a distancia, de este modo, no es necesario estar delante del aparato para encenderlo. Por esta razón, estamos ante una solución útil y práctica.
Además, un relé necesita muy poca corriente para funcionar, pero es capaz de activar electrodomésticos de mucha potencia, como por ejemplo lavadoras, secadoras, lavavajillas, entre otros, que sí consumen corriente en gran cantidad. En este sentido, podemos decir que se trata de un aparato energéticamente eficiente.
Por otro lado, los relés pueden ser conectados en serie, de manera que mediante una sola señal es posible controlar muchos relés al mismo tiempo.
Los principales tipos de relevadores
Según el principio de funcionamiento, los relés se pueden clasificar en electromecánicos, de núcleo móvil, de estado sólido e híbridos.
Relé electromecánico
Un relé electromecánico es como el que hemos descrito anteriormente, ya que consiste en unas cuantas piezas mecánicas que con la ayuda de un electroimán son capaces de cambiar la conexión de los contactos para interrumpir el paso de corriente cuando es necesario. Este es el funcionamiento de un relé de 12v de los que podemos encontrar en cualquier tienda de materiales eléctricos.
Relé de núcleo móvil
Si quieres saber cómo conectar un relé 220v para controlar corrientes muy altas, puede ser buena idea utilizar un relé de núcleo móvil, que es muy parecido al electromagnético, pero en lugar de armadura tienen un émbolo, por lo que presenta una fuerza de atracción mayor, de modo que es necesario el uso de un solenoide para cerrar los contactos.
Relé de estado sólido
En este caso, las partes mecánicas son reemplazadas por dispositivos semiconductores, de esta manera, ocurre una mejora en la velocidad de conmutación del aparato, por lo que funciona más fácil y rápido. Además, este tipo de relés suelen ser más duraderos. El relé de estado sólido es frecuentemente utilizado en el área sanitaria para controlar equipos médicos, pero también en el ámbito doméstico para la activación de bombas de agua y compresores.
Relé híbrido
Para entender cómo funciona un relé híbrido hay que pensar en los electromecánicos y los de estado sólido, ya que este tiene piezas mecánicas, pero también semiconductores, por lo que es muy completo, funcional y al mismo tiempo resistente.
Clasificación de los relés según la polaridad
Entre los tipos de relé también podemos encontrar los polarizados, que tienen una armadura como los electromecánicos, pero esta es solidaria a un imán permanente. Uno de los extremos tiene una cabeza de contacto, mientras el otro gira dentro de los polos del electroimán. Al activar este último, la armadura se mueve, provocando así el cierre de los contactos. Si hay un cambio en la polarización, el giro ocurre al revés. Por el contrario, en los relés no polarizados la bobina no tiene polaridades, por lo tanto, aunque haya una alteración en la polaridad de la señal de entrada, su funcionamiento permanece estable.
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