Frente al taladro convencional, el taladro de columna cambia por completo la forma en que perforamos los materiales. En este caso, el taladro de columna permanece sujeto a una estructura, desplazándose directamente contra el material, frente al proceso de desplazamiento manual que realizaríamos con un taladro convencional. Algo que nos lleva a tener que cambiar un poco el planteamiento que realizamos a la hora de perforar ese material, a fin de lograr los mejores resultados.
Colocando el material
El primer paso que debemos dar para empezar a trabajar es colocar el material de la forma correcta. Es fundamental que la zona a perforar se ubique exactamente sobre la zona de caída de la broca, para lo que podemos bajar el taladro, obviamente apagado, a fin de marcar la misma de forma correcta. Una vez que el material está en su posición deberemos fijarlo correctamente, empleando para ello las mordazas y el resto de elementos de sujeción que este tipo de taladros pone a nuestra disposición. Un material suelto se traducirá en un mal resultado de taladrado.
Calculando la profundidad
El siguiente paso es calcular la profundidad del taladrado. Esta profundidad depende de las características del taladro pero también de lo que necesitemos, de modo que podremos ajustar la posición del taladro sobre el mandril o la barra de sujeción a la altura que sea necesaria, conforme a esa profundidad y al propio recorrido del taladro. Cuanto más abajo lo coloquemos más profundo vamos a taladrar el material. No te olvides de fijar correctamente el taladro una vez que lo tengas en su posición.
Colocación de la broca
Para taladrar el material es imprescindible usar una broca adecuada a dicho material. No es adecuado usar una broca de madera en metal o una de metal en madera, dado que los resultados no serán los adecuados. La colocación de la broca en el portabrocas suele seguir un procedimiento similar al de los taladros convencionales, así que necesitarás una llave para colocar correctamente la broca sobre el husillo. De nuevo. es clave que la colocación sea correcta y esté bien fijada.
Ajuste de la velocidad
Como último aspecto, antes de proceder, es momento de verificar la velocidad y la potencia que vamos a aplicar al material. Esta potencia o velocidad depende del tipo de material que vayamos a perforar, de modo que cuanto más duro sea mayores velocidades de taladrado podremos usar. En caso de materiales más blandos y finos será necesario emplear velocidades más lentas, para evitar su rotura o agrietado.
Ejecutando el perforado
Con todos los parámetros configurados ha llegado el momento de proceder. Encenderemos pues el taladro, esperaremos a que coja velocidad e iremos bajando sobre el material a taladrar. Es importante que esta bajada sea progresiva y no de golpe, a fin de evitar rebotes o daños en el material. Una vez que hayamos llegado al tope, conforme a la profundidad marcada, no tenemos más que apagar el taladro y retirar el material ya perforado, siempre en este orden.
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