Pintar nuestro hogar es una de las tareas de bricolaje que con mayor frecuencia solemos ejecutar. Y aunque pintar paredes es relativamente sencillo, cuando se trata de saber cómo pintar un techo, la tarea se complica un poco.
Pese a ser los grandes olvidados, pintar el techo es una cuestión clave para mejorar el aspecto de cualquier estancia. Un techo deslucido resta luminosidad a la estancia y hace que la misma parezca más pequeña, lo que es clave en habitaciones de tamaño ajustado. Por eso, a la hora de pintar el techo del baño, de la cocina o de cualquier otra sala, es clave saber cómo hacerlo correctamente. Un buen resultado de pintura es el remate perfecto para que tu hogar luzca su mejor aspecto.
Qué necesitas
Para pintar los techos de tu hogar, necesitarás de un rodillo para pintar techos lisos o bien un rodillo para gotelé, dependiendo del formato de la pintura de techo. También es importante buscar la mejor pintura para techos que puedas encontrar, siendo recomendable recurrir a productos específicos para estas zonas. Estas pinturas no son mucho más caras que las usadas para pintar paredes y dan un mejor aspecto y resultado final, al tiempo que reducen las salpicaduras.
Es importante que, en caso de pintar estancias complejas, recurras a productos específicos. Por ejemplo, para pintar el techo de un baño, probablemente nos interese recurrir a pinturas antihumedad (si pulsas aquí, tienes varias opciones de compra), que soporten mejor el entorno de esta estancia. Lo mismo pasa si queremos pintar el techo de la cocina, para lo que existen productos que soportan mejor el contacto con el calor y las grasas.
Nuestros trucos para pintar techos
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Protege toda la estancia
Siempre que realizamos un trabajo de pintura, es clave vaciar la habitación de muebles y proteger debidamente tanto los suelos como el resto de elementos que no podamos sacar de la habitación. Aunque es una tarea algo molesta, es peor tener que ir limpiando posteriormente aquellas cosas que te hayas dejado sin tapar. No te olvides tampoco de desmontar las lámparas, plafones y demás elementos de iluminación análogos.
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Prepara la superficie
En línea a lo que hemos comentado ya, la preparación de las superficies es otro aspecto importante para obtener buenos resultados. En las zonas con humedad conviene limpiar los techos con algún producto antifúngico, para que la pintura no haga efecto sándwich. Algo parecido pasa con las grasas. En estos casos, conviene recurrir a un desengrasante para limpiar el techo de esos residuos y mejorar el agarre de la pintura.
También es fundamental usar masilla para cubrir los agujeros y corregir posibles imperfecciones en la superficie del techo. Algo especialmente importante a la hora de pintar la escayola del techo, para que no penetre el material en su interior por esos posibles huecos. Por cierto, si el techo está a gotelé y tiene zonas que hayan perdido este acabado, es importante usar un rodillo para hacer gotelé antes de pintar.
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Cubriendo las paredes
Si solo vas a pintar el techo y no las paredes, te interesará cubrir las mismas con papel, a fin de no salpicarlas durante el proceso de pintura. Sí es cierto que si has elegido bien la pintura y el rodillo, te será más fácil evitar estos goteos, pero si puedes proteger las paredes, mejor. En caso de que tengas previsto pintar las paredes, entonces empieza siempre por el techo, recortando bien las esquinas. Obviamente, en este caso no es necesario proteger las paredes.
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Regula tus esfuerzos
Uno de los problemas que tenemos a la hora de pintar techos son los esfuerzos que tenemos que realizar. En general, se recomienda recurrir a una cubeta, un rodillo adecuado conforme al tipo de techo y su estructura, así como un mango alargador para montar ese rodillo.
Esta combinación te ayuda a ajustar la altura concreta del conjunto para pintar, dándote una mayor comodidad. Esto también reduce la fuerza que tienes que realizar, aunque te adelantamos que te vas a ahorrar un par de sesiones de gimnasio. Bromas aparte, es importante que mantengas una presión adecuada sobre el techo, siempre homogénea, para no dejar zonas más pintadas o más marcadas durante el trabajo.
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Los recortes también cuentan
Debido a las características de este trabajo, los recortes cobran una importancia mayor de la que tendrían habitualmente. Por eso, es clave usar herramientas adecuadas a la forma de esos techos, teniendo en cuenta la presencia de molduras y otros elementos.
Si tienes buen pulso y maña, puedes ejecutar estos recortes directamente con un pincel adecuado. Si no es el caso, siempre puedes recurrir a la cinta de carrocero, para proteger las zonas en las que no debas pintar. Como extra, el mercado nos ofrece el llamado rodillo recortador, que incluye una especie de espátula en el lateral. Este complemento protege las zonas no pintadas y recoge los sobrantes de la pintura.
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El orden es importante
Cuando se trata de pintar techos, el orden importa aún más que cuando se trata de pintar paredes. Para ejecutar el trabajo, se recomienda empezar recortando las esquinas, los bordes y las molduras que pueda haber en el techo, procediendo después a ejecutar la pintura general.
Esta pintura debe realizarse siempre con una tensión adecuada y homogénea, para no dejar marcas o roces. El rodillo debe moverse siempre en la misma dirección, siendo recomendable hacerlo por el lado más corto de la estancia, dependiendo de la forma del techo. Si el techo es grande, puedes ir pintando por zonas, de unos 2 metros de lado, no pasando a la siguiente hasta que hayas cubierto por completo la anterior.
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La limpieza del rodillo puede esperar
Empezamos a pintar el techo, llega la hora de comer y tenemos que seguir pintando por la tarde. ¿Es necesario limpiar el rodillo? Pues la verdad es que no, siempre que guardes el rodillo correctamente.
Para impedir que el rodillo se seque, no tienes más que envolverlo en plástico. Como alternativa, puedes comprar alguno de los rodillos que incluyen una funda hermética para el almacenamiento. Con este complemento, el rodillo puede aguantar en buen estado hasta tres semanas, ahorrándote tiempo en la limpieza.
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La limpieza del trabajo terminado no espera
Una vez que hayas acabado de pintar, es importante no esperar demasiado tiempo a retirar la cinta de carrocero y el resto de protecciones que hayas utilizado. Una vez que tengas el trabajo completo, es fundamental ejecutar la limpieza sobre la marcha, antes de que la pintura se seque. Si no lo haces, es posible que al eliminar estos elementos de protección, se lleven parte de la pintura y te obliguen a hacer algunos arreglos al respecto.
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