Cuando se trata de modificar el comportamiento de un circuito eléctrico según la presión del mismo, el presostato de presión es la pieza clave del sistema. Un elemento de gran importancia tanto para mantener la seguridad del circuito como para dotarlo de mayor eficiencia.

 

Cuando se trata de sistemas de alimentación de aire o aquellos en los que la presión pueda suponer un riesgo, es necesario disponer de elementos específicos que se encarguen de mantener esta presión en un rango controlado. La pieza más habitual para tal fin es el presostato hidráulico, también llamado interruptor de presión.

Tal como su nombre indica, este componente está diseñado para controlar un circuito eléctrico y realizar una acción concreta, en función de la presión del sistema en el que se instala. Para que tengas más claro tanto el funcionamiento del presostato como sus diferentes aplicaciones, te daremos más información al respecto a lo largo de este artículo.

 

De qué se compone un presostato

El presostato es un elemento diseñado para realizar ciertas acciones en un circuito electrónico cuando los valores de presión del sistema al que está conectado superan o están por debajo de los valores establecidos por el diseñador del mismo. Simplificando mucho su planteamiento, podríamos decir que el presostato no es más que un interruptor. Sin embargo, este no se activa manualmente, sino que es la presión del circuito quien se encarga de hacerlo.

Visualmente, el presostato es una especie de caja o tubo, que se conecta directamente al sistema y a un cable eléctrico. Lo habitual es que el mismo se sujete con tornillos sobre la pared o sobre cualquier elemento, para evitar que se mueva durante su funcionamiento. Algunos modelos incluyen pantalla, en la que informan del nivel de presión actual, aunque no es lo habitual.

Cómo funciona un presostato

El planteamiento del presostato es puramente mecánico y bastante sencillo de entender. Este regulador cuenta en su interior con una membrana, que será empujada por la presión del fluido presente en el circuito. Esta membrana se conecta a una placa metálica sujeta por un resorte, cuya resistencia vendrá dada por los parámetros técnicos y la capacidad de presión que soporte el dispositivo. Finalmente, esta placa metálica cuenta con un elemento en L, que se encarga de activar o desactivar los contactos eléctricos al desplazarse.

Una vez conectado el sistema y puesto en carga el circuito, la membrana empezará a empujar hacia el interior al resorte, movida por la presión. Si esta es superior a la que el resorte soporta, este se comprime. Este movimiento produce el desplazamiento de la placa metálica, lo que a su vez supondrá la activación o desactivación de los correspondientes contactos eléctricos. Una vez desaparezca el exceso de presión, el resorte se alargará, la placa volverá a su ubicación y lo mismo ocurrirá con la zona de los contactos eléctricos, cambiando el comportamiento del circuito eléctrico.

 

Aplicaciones del presostato

Para que sea más fácil entender el funcionamiento del presostato, más allá de la descripción que acabamos de realizar, nada mejor que conocer algunas de las aplicaciones más habituales de estos dispositivos.

Una de ellas es la gestión de circuitos de suministro de aire. En estos casos, el presostato para compresor de aire sirve para mantener la presión que el sistema necesita. Si tenemos un circuito para alimentar herramientas mecánicas o bien para un taller de neumáticos, por ejemplo, el presostato es responsable de activar o desactivar el compresor que alimenta el sistema conforme tanto a la demanda de aire que tengamos como a la capacidad de generación del compresor. Si hay más presión de la necesaria, el presostato indica al generador que se detenga hasta que sea necesario cargar el circuito de nuevo. 

Otro aplicación habitual de este componente la encontramos en el presostato de caldera. Este elemento se encarga de evaluar en cada momento el funcionamiento de la turbina, que crea una diferencia de presión entre la cámara de combustión y el conducto de evacuación. Esta presión es la que facilita la salida de los gases de combustión. En caso de que el presostato no detecte dicha diferencia, se envía una señal a la caldera para que la misma se detenga al momento, a fin de evitar una peligrosa acumulación de gases. Por cierto, según sea fallo del presostato o del sistema de evacuación, este se solventará de un modo o de otro.

Hablamos ahora de líquidos, echando un vistazo a los presostatos para bomba de agua. Estos elementos se encargan de activar o desactivar la bomba que alimenta el sistema, en función de la presión existente en el circuito hidráulico y logrando un adecuado abastecimiento. Si quieres saber cómo instalar un presostato para bomba de agua, existen numerosas guías al respecto, aunque dada la simplificación actual de su sistema, este montaje es cada vez más fácil.

Mantenimiento del presostato

En general, el presostato no es un elemento que requiera de un gran mantenimiento, más allá de verificar su estado de vez en cuando, siendo este solo necesario en aplicaciones industriales o en aquellas con mucha carga. A veces, es necesario ajustar el funcionamiento del producto, por lo que saber cómo regular un presostato es interesante. En general, este componente incluye un tornillo o elemento de ajuste, que mediante el apriete correspondiente devolverá el producto a su funcionamiento correcto.

Si el producto lleva mucho instalado, sí es posible que requiera de un desmontado y una revisión en profundidad. Esto implicaría usar un generador de presión para verificar si la respuesta del resorte es la correcta a los niveles de presión previstos, pero también la limpieza en profundidad del dispositivo, fundamental para que el sistema se mueva libremente. Lo mismo ocurre con los contactos eléctricos, que pueden comprobarse mediante un multímetro, a fin de comprobar que funcionan como deben. Una vez acabado este proceso de mantenimiento, basta con montar de nuevo el presostato, verificando su funcionamiento con el sistema ya en carga.