¿Qué tipos de fuentes de alimentación hay?

Última actualización: 27.07.24

 

En un mundo en el que prácticamente todos los equipos y dispositivos van enchufados a la electricidad, las fuentes de alimentación son un elemento clave para que todo funcione como debe. Sin embargo, no todas las fuentes son iguales, por lo que conocerlas en profundidad siempre es una buena idea.

 

La tiene nuestro ordenador, nuestro Smart TV, el soldador de estaño, nuestra lavadora e incluso el termo eléctrico de nuestro hogar. La fuente de alimentación es un elemento básico para todo tipo de aparatos electrodomésticos, informáticos y de ocio, siendo la fuente de corriente que aporta la energía a estos dispositivos.

Precisamente por su amplia variedad, es conveniente saber qué tipos de fuentes de alimentación existen, así como los parámetros en los que podemos clasificar cada una de ellas. Una información útil tanto a la hora de reemplazarlas como a la de saber qué podemos exigirle al producto que la monta.

 

Para qué sirve la fuente de alimentación

Lo primero que debemos conocer es cuál es la función de la fuente de alimentación. Este componente electrónico tiene la capacidad de gestionar adecuadamente la energía que llega a través del enchufe de nuestro hogar, corriente alterna, y convertir la misma en una corriente continua, que haga funcionar aquel dispositivo al que se conecta.

La idea es que la energía que llega a nuestro hogar no siempre puede aplicarse directamente a los diferentes componentes de un electrodoméstico, un ordenador o un televisor. Por eso, es necesario transformar la misma mediante ese elemento. Las diferentes partes de una fuente de alimentación se encargan de ajustar y procesar la misma hasta obtener una salida óptima.

Otra ventaja que tienen las fuentes de alimentación es la de servir de fusible en caso de sobretensiones. Generalmente, la corriente que usamos en nuestro domicilio es de 220 voltios, aunque a veces el valor llega a los 230 o 240. La fuente puede gestionar estos picos y estabilizar la salida, según sea necesario. Pero en situaciones como apagones, días de tormenta o fallos en la red eléctrica, pueden producirse picos de tensión que, si pasan directamente al equipo, acaban destruyendo su electrónica. 

Por eso, las fuentes de alimentación incluyen un sistema que corta el flujo de energía, si esta excede los parámetros máximos que puede soportar, evitando así esas averías más graves. Porque siempre es mejor cambiar solo la fuente de alimentación que tener que hacerlo con todo el dispositivo al que alimentan.

Tipos de fuentes de alimentación

Conforme a su clasificación más básica, contamos con dos tipos de fuentes de alimentación: las lineales y las conmutadas. En las fuentes de alimentación lineales, se sigue un esquema sencillo, que incluye un transformador para adaptar los niveles de tensión, un rectificador para convertir la corriente alterna en continua, un filtro que mejora la salida, un regulador que adapta la potencia lo requerido y el elemento de salida, donde se vierte esa energía ya procesada.

Por su parte, una fuente de alimentación conmutada utiliza transistores para realizar el ajuste de la corriente, ofreciendo un funcionamiento más complejo y un rendimiento más preciso que el de las fuentes lineales. Esto influye también en las partes de la fuente de alimentación conmutada. Entre ellas, encontramos un rectificador de señal, un conmutador conectado a un controlador, que gestiona el ciclo, así como un rectificador secundario que, junto al controlador, se encargan de ofrecer la potencia de salida conforme a lo que sea necesario. Este sería el planteamiento de una fuente de alimentación electrónica, como la que incluyen los ordenadores.

Otro criterio por el que podemos calificar estas fuentes es por su ubicación. Algunas fuentes de alimentación son externas, como las de los portátiles, mientras que otras son internas, como las de un moldeador de pelo o un Smart TV. Estas últimas pueden ser independientes, como las del ordenador, o bien ir soldadas o montadas en placa, como las de diversos electrodomésticos. En este caso, no suele usarse ni un solo tornillo en ese montaje, sino que la placa se fija mediante ligeras soldaduras.

También podemos calificar las mismas por su salida de energía, conforme sea fija o regulable. Una fuente de alimentación regulable en tensión y corriente es una solución versátil cuando queremos alimentar diferentes dispositivos con requisitos de energía diferentes, siendo también útil para usos como la carga de portátiles. Por su parte, los modelos de salida fija generan corriente bajo unos parámetros concretos e invariables. Son más básicos, pero también más económicos, cuando no hay necesidad de complicarse la vida.

Cómo saber que fuente de alimentación necesito

Con todo lo que hemos comentado, ya tienes la información para responder a esta cuestión. Cuando se trata de buscar una fuente de alimentación, es obvio que la misma debe ser compatible con el sistema en el que vayamos a montarla, debiendo ser capaz de ofrecer la salida eléctrica que el dispositivo precise.

Cuanto se trata de fuentes de alimentación para electrodomésticos, basta con buscar una placa que tenga los mismos parámetros de funcionamiento que aquella a la que pretendemos reemplazar. De hecho, no hace falta que sea del propio fabricante, sino que la misma puede ser compatible, siempre que cumpla con esos requisitos de potencia de salida y el resto de parámetros técnicos que sean necesarios. Estos suelen aparecer impresos en la propia fuente o bien se encuentran en el manual del equipo.

En donde se complica la cosa es a la hora de elegir una fuente de alimentación para un PC. En este caso, es clave calcular previamente la energía o potencia de salida necesaria, dependiendo de la suma total de los diferentes componentes del equipo. De todos modos, en la red es fácil encontrar calculadoras que te dan el dato concreto, incluyendo el margen de seguridad necesario.

Y ya que hablamos de fuentes para ordenadores, si quieres comprobar si una fuente de este tipo funciona antes de montarla, puedes hacerlo. Para ello, solo tienes que  hacer un puente de fuente de alimentación, para lo que basta usar un clip o un trozo de cable. Este elemento se coloca entre el pin conectado al cable verde y el conectado al cable negro, generando la activación de la fuente. Obviamente, el puenteo debe hacerse con la fuente desenchufada, por seguridad.

 

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